Me has vuelto a coger a traición.
¿Por qué entraste a estrujarme el pecho
y nublarme la razón?
No existen razones y, de hecho
tengo bien lleno el corazón.
Sé que te iras de la misma manera que llegaste, pero debes saber que no eres bien recibida.
Con el permiso del Sr. G. Durrell.
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